MOSAICO FÉRTIL, Tür nach Mexiko, Esslingen Deutschland

El cuerpo tiene memoria. Las estaciones del año nos recuerdan diferentes experiencias y momentos significativos que pasamos.

Cuando todo México gritaba para celebrar su independencia en un 15 de Septiembre de 2016 como una tradicional celebración patriota muy mexicana, para mí se convirtió en algo mucho más personal. Cada año en esta temporada, esos sentimientos de festejo con sus decoraciones patrióticas tienen doble significado para mí. Uno es el sueño de un país independiente, libre y justo. El segundo, recibir ese día del grito la noticia menos deseada imaginable. Esperando día tras día, durante semanas eternas por fin un mensaje confirmando la muerte de nuestro hermano menor quien había sido secuestrado a principios de Agosto. Sin mayores explicaciones al momento de recibir la noticia, juntos en familia nos agarramos de las manos y gritamos: ¡no puede ser!

Ese día del grito yo pensaba, ¿la independencia de qué o quién en nuestro contexto actual?.

Es grato celebrar la historia, celebrar la tradición, pero ese día solo el “perdón” lo justificará.

¡Ese perdón lo he encontrado mediante el Arte! Ahí encontré el perdón necesario para continuar los días y apreciar lo básico que ofrece la naturaleza, el crecimiento de las flores, los maizales y el reflejo del agua. El saber poco, pero saber que mi  hermano se encontró debajo de un árbol al lado de un valle de pastizales y fauna desértica ¡me dio paz!. ¡Él  también amó a su MÉXICO! ¡He ahí mi grito de independencia, la independencia de la brutalidad que la humanidad se causa a si misma por no valorar el AMOR y la COMPASIÓN!

En estado de depresión total Miguel Valverde me invitó como expositora a participar con una obra de pintura a la ciudad de Esslingen, Alemania, como mexicana y representar a nuestro México en una forma hermosa y positiva. Acepté la invitación con gran honor y logré crear algo que me ayudó a perdonar y aceptar mi pertenencia como mexicana.

 

Reseña de Mosaico Fértil:

México es un paisaje lleno de colores, cultura y gente trabajadora.

Los colores primarios y secundarios simbolizan los primeros nativos que crearon las culturas iniciales llenas de valores y fortaleza en un sistema de organización más puro.

Los frutos de esta tierra fértil son representados por las formas orgánicas dentro del paisaje.

Los colores terciarios representan la fuerza e importancia que tiene mi México en un mundo globalizado en búsqueda de un comercio justo para su desarrollo en el mundo.

El gigante y abrumador sol de oro simboliza el interés internacional que ha abrazado y despojado de sus riquezas desde la conquista hasta el presente.

 

¡Gracias en especial a Miguel Valverde, Raul Kigra y COMARTES galería!

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