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Por Rafael Revilla.

Las artes menonitas siempre han sido escasas o nulas y no es por falta de artistas sino básicamente por la religión tan conservadora que existe en las comunidades. Al investigar el porqué, tenemos de ejemplo de la escultura, la cual es inexistente por el simple dicho bíblico que menciona: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás a ellas, ni las honrarás”. A pesar de eso existen casos aislados de artistas que son parte de la comunidad menonita como los fotógrafos Angelina Iris Peters y Jenny Klassen o pintores como, Katharina Peters, Laura Klassen, Tina Enns de Wall y Alex Harms, todos pintores, pero en materia de escultura los casos son inexistentes. Hay algunos ejemplos artísticos menonitas como los libros de colorear, que es un fenómeno muy común e interesante, y según entiendo, es la única forma de reproducción artística aceptada entre los conservadores. Verónica Enns hace cerámica con pasión y orgullo, siendo el de ella un caso único en esta cultura, sus piezas se alejan de lo tradicional y convencional. Pude entrevistar a Verónica, vimos las piezas, las manipulamos, platicamos del barro de Cuauhtémoc, el clima, fotografía y su pasión por las obras de Paquimé.

¿Cuál es tu nombre completo, Verónica?   

Verónica Enns Enns.

¿De dónde eres originaria?   

Nací en los campos menonitas de Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua.

¿Cuándo empezaste a modelar o a crear cerámica?   

Entre mis recuerdos está la sensación de tocar el barro en el campo después de una lluvia, siempre me encantaba como niña. Cuando estudié artes plásticas en Vancouver, Canadá a los 20 años, fue un medio de expresión artística y práctica. El taller de cerámica fue el más divertido porque no existían límites de aprendizaje. En Vancouver, el profesor de cerámica me introdujo a una olla de Mata Ortiz y me quedé fascinada.

Suena paradójico que siendo de Chihuahua hayas conocido una olla de Mata Ortiz en Vancouver.

Es que en los campos nadie promueve el arte y en verdad así me pasó. Tenemos muy poca artesanía y mucho menos arte en los campos menonitas. Siento que se perdió durante las inmigraciones peregrinas. Lo que tenemos son expresiones desde los tiempos europeos en forma de libros para colorear para los niños hechos por un adulto como yo, de la vida cotidiana de una familia menonita. Por años he buscado arte local de mi cultura, pero siento que mi generación lo necesita revivir. Siempre me ha inspirado el estilo de vida sencillo de las mujeres menonitas tradicionales. Mis piezas se basan mucho en esa filosofía,  el barro es crudo como cualquier masa de harina y las piezas ya quemadas se pueden utilizar en casa. Busco maneras de incluir diseños o expresiones creativas de mi herencia que pudiera ser un dibujo o formas esculturales en una taza o cazuela. Al mismo tiempo estoy creando diseños alternativos en muchas de mis piezas funcionales.

¿Crees que tu cerámica refleja algo de la cultura de los campos o inclusive de la cultura menonita? siento que hay pocos referentes artísticos con los cuales comparar, ¿sientes que eres “pionera” en este campo o tienes algunas referencias de artistas locales?         

En verdad no tengo referentes artísticos que me hayan inspirado, aunque sí hay mucho talento en los campos. Estamos en una etapa inicial. Lo que sí había eran esos libros para colorear que nos regalaron en navidad cuando éramos niños, pero sin ni siquiera saber los nombres de los dibujantes. En Canadá sí había unos apellidos menonitas de mucha fama, como el fotógrafo Jeff Wall, quien me dio excelentes consejos acerca de cómo ser un artista menonita. Regresando a los campos en México añado a esos artistas como inspiración y obviamente la cerámica de Mata Ortiz, siempre ha sido una inspiración con sus métodos y procesos del material.

Eres un caso aislado, pero ¿qué harías para cambiar esa percepción de las artes menonitas?                  

Ofrecer programas de arte en medios de dibujo y pintura, empezando en las escuelas privadas desde la primaria. Así un niño con tendencia visual puede conocer el arte y después desarrollarlo si así lo desea. Con el arte se empieza la documentación visual sobre las vidas y experiencias en nuestra cultura.

Conozco tu trabajo desde hace varios años y he visto el cambio en muchos de los elementos que diseñas como platos y tazas; antes tenían una estética más conservadora en comparación con las tazas de la última colección, en el que inclusive las asas de las tazas son como ramas de árboles  y otros elementos, ¿sientes que estás explorando otras facetas de la cerámica? 

Sí, la escultura me encanta y con el barro existe un límite técnico en los diseños. Desde que empecé a trabajar en los campos he experimentado muchísimo con materiales locales y semi-locales dentro de nuestro desierto. En un taller de cerámica se necesitan conocimientos técnicos que muchas veces no permiten la libre expresión artística hasta después de tiempo experimentando. He aprendido mucho con el clima de nuestra altitud, que es muy seco. El barro es muy loco, tiene mente propia y es una maravilla conectarse a un elemento natural y manipularlo. Últimamente nos estamos conociendo muy bien el barro y yo.

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Pasión por la Cerámica

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